Un duende amarillo reparte chispas
en las manos terrosas de la casa
y al son de mis ansias
la verde ternura se desapelmaza.
Retazos de sombras, ardidas y descalzas
se trepan a su amparo
y es magia las risas
que transforma en aves todas las palabras.
Es la siesta en mi patio…
…efímero paraíso
en una constelación de cigarras.
Beatriz Teresa Bustos
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