viernes, 8 de mayo de 2020

El libro mágico de Palín


   Para mis nietos Felipe, Luz María, Estefanía, Valentino y Camilo

Las primeras palabras que escribió, salieron volando por la ventana abierta del cuarto, Pili se asustó tanto que para calmarla, Palín le dijo:
―Dime una palabra Pili
La niña sonrió y pronuncio, sol. Entonces, el libro se iluminó.
―Di otra palabra Pili, una que te guste mucho…¡muuuuucho!
―Flor…Y aparecieron flores de todos los colores en el borde inferior de la hoja.
―¡Más palabras Pili…di más palabras! ―decía Palín muy emocionado.
―Perro…casa…nube…pajarito…mariposa…hamaca…tobogán.
Mientras la niña decía las palabras, la hoja del libro iba convirtiéndose en un paisaje maravilloso, tan hermoso que, las aves que se habían ido por la ventana, regresaban, y cuando se posaban en el cuaderno se convertían en palabras de un cuento.
De pronto, Palín cerró el cuaderno de golpe…¡¡¡paf!!!…
―¿Qué pasa Palín?  ―pregunto Pili.
―Espera un ratito hermanita, no dejes de mirar el libro, sin pestañear…
Y de repente, el libro…¡¡¡se abrió y se volvió graaaaannnnnde!!!! Tan grande como una pantalla de cine.
Palín tomo de la mano a Pili y comenzaron a caminar por un sendero de piedritas brillantes. Iban despacito, miraban asombrados ese mundo mágico, con flores de todos los colores, iluminado por un sol de cara redonda, que les sonreía y se peinaba con un peine de viento, los rayos de oro su cabeza…
―Palín, regresemos, mama nos va a retar porque salimos sin avisarle.
―Está bien Pili, regresemos.
―¡Mis amores, vengas a tomar la merienda!, oyeron decir a su mamá.
Pili salió corriendo hacia al comedor.
―¡Hola mi princesa!, ¿y tu hermano no viene a merendar?
―Está en su cuarto. Mamá, ¿sabes que Palín tiene un libro mágico?
―Claro que lo sé, Pili. Yo se lo regalé para su cumpleaños. Era mío, fue un regalado de mi abuela cuando yo más pequeña que tu.
―¡Ay Pili, princesita mía! ―decía la mamá mientras la levantaba en sus brazos―. No te imaginas cómo extraño las excursiones que hacía, cada vez que abría ese libro.
—Entonces, ven con nosotros mamá —gritó Palin desde la puerta de su habitación.
—Si mamí, acompáñanos, —alentaba Pili—. Regresaremos antes de que venga papá del trabajo.
Esa tarde, Palín, Pili y su mamá, entraron al libro y se fueron a recorrer los paisajes que iban creando con cada palabra que pronunciaban.
El domingo por la tarde, invitaron a su papá a entrar con ellos, en el libro mágico. 
Y colorín colorado, este cuento, aún no ha terminado…

                 Propiedad Intelectual Beatriz Teresa Bustos


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